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 Los vestigios de Baelo Claudia llegan a integrarse con la playa de Bolonia (Cádiz) 
 El día
    27 de enero se celebró en el salón Zahira del hotel Alfaros la Asamblea
    General de asociados donde se procedió a la lectura del acta del año
    anterior y se informó de los presupuestos económicos, así como de la
    propuesta de las actividades a realizar por las vocalías a lo largo del año
    2001. Posteriormente,
    el 24 de febrero tuvo lugar la elección del presidente de la Asociación en
    Asamblea Extraordinaria, cargo que recayó de nuevo 
    en la persona de 
    D.
    Alfonso
    Sánchez Romero. 
 VIAJES POR JAÉN De
    acuerdo con la programación establecida para el año 2001, las dos primeras
    visitas organizadas por nuestra Asociación tuvieron como destino la vecina
    provincia de Jaén. El primer viaje, realizado el 25 de marzo, fue a la capital de la provincia. La falta de tiempo obligó a condensar las muchas riquezas culturales con que cuenta esta ciudad en los puntos de mayor interés para los miembros de la Asociación, de modo que la visita se centró en la Catedral, los Baños Arabes y el Museo Provincial. 
 
 Jaén desde el castillo de Santa Catalina 
 Comenzamos
    en la Catedral, el mayor legado del Renacimiento en esta ciudad. A ella
    llegamos desde la Plaza de las Batallas, punto de encuentro con Dª Eva de Dios,
    nuestra guía en estos dos primeros viajes. Avanzamos por la Avenida de la
    Estación hasta la plaza de San Francisco. El acceso a la Catedral fue a
    través de una popular calle conocida como “de las Campanas” o “de los
    Vientos”. Aunque, la construcción de este edificio del siglo XVII estuvo
    bajo la dirección de Vandelvira, varios arquitectos le sucedieron hasta su
    terminación. Nos llamó la atención los balcones que la rodean tanto hacia
    el exterior, como hacia el interior del templo. Estos corresponden a
    distintas dependencias de uso civil que actualmente albergan el archivo
    diocesano. En el Museo pudimos contemplar numerosos cuadros fechados entre
    finales del siglo XV y XIX, aunque el periodo con mayor representación es
    el barroco; en cambio, la escultura expuesta es más pródiga en obras
    renacentistas. De indudable valor es la representación de las denominadas
    artes menores, con obras realizadas en alabastro, coral, bronce, forja y
    orfebrería. Tras
    visitar la Catedral, nos dirigimos al Centro Cultural establecido en el
    Palacio renacentista de Villadompardo que alberga diversas exposiciones de
    arte contemporáneo, así como el Museo de Artes y Costumbres Populares, el
    Museo Internacional  D’ art naïf 
    y
    una de las joyas de la ciudad: los Baños Árabes del siglo XI, sobre los
    que se construyó el edificio utilizando sus elementos arquitectónicos como
    cimientos. Destacar la brillante labor de recuperación y restauración
    realizada por el arquitecto local D. Luis Berges Roldán, merecedora de la
    medalla de oro  Europa Nostra  en 1984. El buen hacer de Berges ha permitido
    recuperar un conjunto arquitectónico único en Europa respetando el palacio
    renacentista que se construyó sobre él. El resultado es un armonioso
    espacio en el que conviven construcciones de diferente influencia cultural. A
    la salida, paseamos por el barrio de la Magdalena, origen de la popular
    leyenda del “lagarto de Jaén”, que curiosamente guarda cierta similitud
    con la de nuestro “caimán de la Fuensanta”. En este lugar puede
    apreciarse la canalización del agua llevada a cabo por los romanos en el
    siglo I y que abasteció a la ciudad hasta mediados del siglo pasado. Nuestro
    siguiente destino fue el Museo Provincial donde se conserva y expone el
    importante patrimonio arqueológico que dejaron los íberos en la provincia
    de Jaén, así como los restos dejados en la zona por otros pueblos,
    principalmente romano, paleocristiano, visigodo o hispano musulmán. Dentro
    del viaje al mundo íbero que propone el museo, nos detuvimos especialmente
    en los conjuntos escultóricos procedentes de los yacimientos del Cerrillo
    Blanco (Porcuna) y de El Pajarillo (Huelma). En éste último se representa
    la lucha de entre el bien y el mal encarnados en un héroe y un lobo. La
    cabeza de lobo conservada ha sido elegida por el Patronato de Promoción y
    Turismo de la Diputación Provincial de Jaén como logotipo en una reciente
    campaña de promoción de la ciudad. Tras
    el almuerzo celebrado en la ”Casa de Córdoba”, nos desplazamos al punto
    más alto de la ciudad: el Castillo de Santa Catalina, parte del cual fue
    reconstruido como Parador Nacional de Turismo respetando su origen medieval.
    Emplazado en un puntiagudo cerro rodeado de pinares, constituye un excelente
    mirador desde el que contemplar la campiña. Un hermoso paisaje con el que
    despedir esta ciudad, tan desconocida como interesante. En el segundo viaje, realizado el día 28 de abril, pudimos seguir admirando el importante legado de arte renacentista con que cuenta esta provincia en las ciudades de Úbeda y Baeza. Comenzamos
    la jornada en la parte antigua de Úbeda. 
    En la Plaza Vázquez de Molina, síntesis y expresión del mejor arte
    renacentista, pudimos contemplar notables obras del arquitecto Vandelvira,
    como el Palacio de las Cadenas, actual Ayuntamiento; el templo de Santa María
    de los Reales Alcázares; el Palacio del marqués de Nancera, y el Parador
    Nacional del Condestable Dávalos. Destacando sobre todo el conjunto la
    Sacra Capilla del Salvador, mandada levantar como panteón familiar por D.
    Francisco de los Cobos y Molina, secretario de Estado del Emperador Carlos
    V. En su altar  mayor se
    encuentra el Cristo de la Transfiguración del Monte Tabor, única pieza
    original del gran retablo tallado por Berruguete. Completa este conjunto
    histórico-artístico la Cárcel del Obispo, el Antiguo Pósito y la Casa
    del Regidor. Curiosas
    las distintas casas señoriales que se conservan, como una situada en la
    puerta de San Miguel en la que aparece el escudo de la familia sostenido por
    dos figuras conocidas como “Los Salvajes”. Mención
    aparte merece la visita al Museo de San Juan de la Cruz, ubicado en el mismo
    edificio donde murió y fue enterrado este insigne poeta. El contraste entre
    la belleza de su producción poética y la realidad en que fue escrita es
    algo que volvimos a constatar en la cercana ciudad de Baeza, a la que nos
    dirigimos tras el almuerzo,  donde
    residió otro poeta de nuestra lengua: Antonio Machado. En el edificio de la
    Antigua Universidad tuvimos la suerte de visitar el aula donde enseñaba
    gramática francesa, la cual se conserva tal y como estaba en su época. La
    primera parada que realizamos en esta interesante localidad fue en la plaza
    de los Leones, también llamada Plaza del Pópulo, que se encuentra
    enmarcada por el edificio de la Antigua Carnicería, el de la Audiencia
    Civil y Escribanías Públicas. Destaca el Arco de Villalar, erigido en
    memoria de la victoria imperial sobre las comunidades de Castilla, así como
    la  Fuente de los Leones, que se
    cree podría proceder de la villa romana de Cástulo. Aunque
    Baeza es una ciudad básicamente renacentista, alberga una amplía gama de
    estilos arquitectónicos,  como
    pudimos ver en la Iglesia de Santa Cruz de un románico tardío, o el
    Palacio de Jabalquinto, bella muestra de la arquitectura civil del gótico
    flamígero, con un bonito patio renacentista de columnas de mármol y la
    monumental escalinata de abundante decoración barroca. Continuamos
    hasta la plaza de Santa María donde se alzan una serie de importantes
    monumentos que hablan de una Baeza floreciente, rica y culta, con su
    original Fuente de Santa María, el sobrio Seminario de San Felipe Neri, la
    Casa Solariega de los Cabrera y presidiendo todo el conjunto artístico-histórico,
    la Catedral. En su interior pudimos admirar tres naves con bóvedas baídas,
    la bellísima reja obra del maestro Bartolomé y la Custodia. El
    buen estado de conservación del entorno de la Catedral invitó a pasear por
    sus calles empedradas y silenciosas. 
 LA CIUDAD ROMANA DE BAELO
    CLAUDIA El
    día 16 de junio nos desplazamos a la provincia de Cádiz, concretamente a
    la ciudad romana  Baelo Claudia, situada en la Enseñada de Bolonia, en un
    paraje de gran belleza dada su privilegiada situación entre el Océano Atlántico
    y las Sierras de la Plata y San Bartolomé. El Director del Conjunto arqueológico nos acompañó durante todo el recorrido, comenzando la visita por las calles principales de la ciudad, las cuales se articulan en un trazado perfectamente regular, siguiendo con exactitud los modelos urbanísticos de Roma. Sentados en la escalinata del Templo de Júpiter pudimos escuchar la excelente exposición que el Director hizo de todo el conjunto mientras contemplábamos los restos de lo que en otro tiempo fue una próspera ciudad. 
 
 Baelo Claudia 
 Baelo
    Claudia  nace a finales del siglo II a.C. Dado el estratégico lugar donde se
    ubica, su origen y posterior desarrollo están muy ligados al comercio con
    el norte de África, siendo puerto de unión con la actual Tánger. Sin
    embargo, fue la industria de salazón del pescado y de las salsas derivadas
    del mismo, el denominado garum, de extraordinario valor culinario en Roma, sus
    principales fuentes de riqueza. Estas circunstancias hacen que la ciudad
    alcanzara cierta pujanza, sobre todo bajo el emperador Claudio que le otorga
    el rango de municipio romano. Fue en los siglos II y V de nuestra era cuando
    se produce un periodo de decadencia, debido a invasiones procedentes del
    norte de África, saqueos, movimientos sísmicos y la lejanía con respecto
    a las vías principales de comunicación de la época. Como
    pudimos comprobar, en este conjunto arqueológico se encuentran los
    elementos representativos que forman parte de una ciudad romana: el foro,
    Triada capitalina (Templos de Juno, Júpiter y Minerva), templos de carácter
    oriental, como el dedicado a Isis; basílica, edificios de carácter
    administrativo como la curia o el archivo municipal, mercado, teatro
    (actualmente en fase de consolidación y reconstrucción debido a que se
    encuentra en estado bastante ruinoso), termas en la puerta occidental de la
    ciudad, zona industrial (factorías de salazón), una muralla completa con
    sus puertas principales, calles (destacan las dos principales, el decumanus maximus, y el
    cardo maximus), etc. Su planta se
    encuentra prácticamente intacta al no haberse construido sobre ella ningún
    nuevo núcleo urbano. Únicamente existen algunas construcciones en la línea
    de playa, que no impedirán en el futuro reconstruir el urbanismo completo
    de la ciudad. Finalizamos
    tan interesante visita degustando el “pescaíto” fresco en los
    chiringuitos de la zona. 
 MEDINA AZAHARA Con
    motivo de la exposición “El Esplendor de los Omeyas” en Medina Azahara,
    la Asociación organizó una visita guiada por un arqueólogo el día 2 de
    junio. Debido al gran número de asociados interesados en la muestra fue
    necesario dividirnos en dos grupos. En
    primer lugar visitamos el Edificio Basilical Superior donde se exhibían los
    elementos arquitectónicos más representativos. En este conjunto
    constituido por una sala transversal y otras cinco naves perpendiculares que  visitaríamos de derecha a izquierda  para poder apreciar la evolución de la fusión del arte islámico
    original con elementos de las culturas que este pueblo encontró a medida
    que se extendían hacia occidente, pudimos contemplar, entre otros, el
    capitel de mármol del Museo Nacional de Damasco, otro con inscripciones del
    Museo Arqueológico Nacional de Madrid, estucos originales de palacios del
    desierto, las figuras escultóricas procedentes de Qasr al-Hayr al-Garbi que
    recordaban a las esculturas de Palmira El conjunto de capiteles, basas,
    tableros de mármol y series de pilas correspondientes a la época del
    Califato de Córdoba, formaban una excepcional colección. El
    segundo espacio expositivo se encontraba en el denominado Salón Rico o de
    Abd Al-Rahman III, centro geométrico de la ciudad de Madinat Al-Zahra,
    destinado a albergar una cuidada selección de “artes menores”. La
    agrupación de las mismas se hizo atendiendo a los materiales y técnicas
    empleadas en su realización: cerámica, metales, marfil, madera, vidrío,
    tela y papel. Muchas de ellas fueron manufacturadas en los talleres reales
    de Madinat al-Zahra. Pudimos ver entre otras piezas el cervatillo de bronce
    de Córdoba, el bote de marfil de Braga, el tesorillo de Loja, el tratado de
    cirugía de al-Zahrawi, una copia del collar de la paloma de Ibn Hazm, el
    astrolabio “carolingio”, jarros, aguamaniles, surtidores, etc.
    Contemplarlos precisamente en Medinat Al-Zahra, capital del Estado califal y
    sede de los soberanos Omeyas desde su fundación, suponía un acontecimiento
    único e irrepetible. 
 RUTA DE LOS MONASTERIOS Por
    primera vez la Asociación organizó un viaje cultural de varios días de
    duración en el mes de agosto. Con gran interés por parte de los asociados,
    familiares y amigos que tuvimos la suerte de asistir al mismo, partimos la
    madrugada del día 15 rumbo al monasterio benedictino de Santo Domingo de
    Silos para asistir a la misa gregoriana celebrada con motivo de la
    festividad de la Ascensión. En el camino hicimos una breve parada en Aranda
    del Durero, donde nos sorprendió el frío y la amenaza de lluvia. Poco
    antes del almuerzo llegamos a Burgos donde visitamos la Catedral, obra
    cumbre del gótico español. Desde el exterior nos llamó la atención las
    impresionantes torres caladas de Juan de Colonia, el rosetón de la puerta
    principal y los relieves de las puertas del Sarmental 
    y de la Coronería. En su interior, sobrecogedor por su grandiosidad,
    pudimos admirar la Capilla del Condestable, que incluye obras de Vigarny y
    Diego de Siloé; el museo Catedralicio, con el Cristo a la columna de Siloé
    y los restos del Cid Campeador y su esposa Jimena, así como el
    cimborrio recientemente restaurado. A continuación nos desplazamos a la
    Cartuja de Miraflores, situada a pocos kilómetros de Burgos. En su iglesia,
    de una nave conforme al estilo cartujano, sobresale el retablo que, a
    primera vista, desorienta por su apretada composición. Gil de Siloé lo ideó
    y tallo, mientras que Diego de la Cruz realizó el dorado. En una capilla
    interior, la de San Bruno, se encuentra una escultura del fundador de la
    Orden en madera policromada que impresiona por su extraordinario realismo. Comenzamos
    la segunda jornada con un privilegiado viaje en el tiempo, trasladándonos a
    los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. Partimos de Ibeas de Juarros,
    pequeña localidad a pocos kilómetros de Burgos donde se encuentra el Aula
    Arqueopaleontológica Emiliano Aguirre. De marcado contenido didáctico,
    este pequeño espacio reúne una extraordinaria maqueta de la zona que más
    tarde visitaríamos,  así como
    paneles explicativos, la reproducción de diverso material encontrado y un vídeo
    divulgativo; todo ello inmejorablemente mostrado por un miembro del equipo
    que trabaja en los yacimientos y que tuvo la gentileza de acompañarnos
    durante todo el recorrido. Una vez en la trinchera pudimos observar de cerca
    los distintos frentes de excavación, empezando en la Sima del Elefante para
    seguir en la Galeria–Tres Simas y la Gran Dolina. En esta última es donde
    se han descubierto los restos fósiles de al menos seis homínidos. Son los
    que han dado lugar a la determinación de una nueva especie humana el Homo
    Antecessor. Volviendo
    al presente, pusimos rumbo a Santo Domingo de la Calzada, una de las
    ciudades más relevantes del Camino de Santiago. En su Catedral, de
    estructura gótica con elementos renacentistas añadidos se encuentra el
    sepulcro de Santo Domingo y un gallinero habitado por un gallo y una gallina
    blancos que evoca uno de los milagros más populares de la Edad Media.
    Sorprende que la torre esté separada del edificio de la Catedral. Tras
    pasear por sus estrechas calles, visitar 
    el Albergue del peregrino y almorzar en este pueblo medieval, nos
    desplazamos a Nájera para conocer el edificio más emblemático de la
    ciudad: el Monasterio de Santa María la Real, fundado por el rey García en
    el siglo XI, aunque de su construcción apenas quedan vestigios. Destacar la
    sillería del coro alto y el Panteón Real que reúne varias sepulturas de
    los reyes de Navarra, León y Castilla. El origen de este monasterio
    incrustado en la montaña está en una cueva donde al rey García se le
    apareció la Virgen con un ramo de azucenas. Dicho recinto ocupa un lugar
    privilegiado en el edificio y es ocupado por una talla de origen románico. Continuamos
    camino de Logroño donde pernoctaríamos tres noches en un céntrico hotel
    de la capital. Aún quedó tiempo para realizar un breve recorrido por su
    casco antiguo, visitando algunas de las iglesias más representativas, como
    la de Santa María de Palacio, la de San Bartolomé y la de Santiago el Real
    con la estatua ecuestre del Apóstol en su monumental portada hasta llegar a
    la Plaza del Mercado donde se encuentra la Catedral, llamada “de la
    Redonda”.  La jornada terminó
    junto a la estatua ecuestre del General Espartero, en el Paseo del Espolón. El
    tercer día de viaje lo dedicamos a visitar la Comunidad Foral de Navarra
    acompañados de una simpática guía de origen alemán, pero pamplonica de
    adopción. Pamplona fue nuestro primer destino. Lo primero que tuvimos
    oportunidad de ver fue su Catedral, cuya fachada neoclásica esconde una
    estructura gótica. Nos detuvimos especialmente en su magnífico claustro,
    con la puerta del Amparo que lo comunica con el templo, la capilla Barbazana
    y la Puerta Preciosa. Anexos a este claustro se edificaron el refectorio, la
    cocina y la Sillería, espacios ocupados actualmente por el Museo
    Catedralicio Diocesano. En el interior del edifico contemplamos el mausoleo
    real con las estatuas yacentes de los Reyes de Navarra, Carlos III el Noble
    y Leonor de Trastámara, el prebisterio que bajo un baldaquino neogótico
    está presidido por la talla románica de Santa María la Real. Completamos
    la visita a la capital navarra con un paseo por los lugares más emblemáticos
    de la ciudad, como la calle Estafeta, la Plaza Consistorial, la Plaza del
    Castillo, etc. Después
    de hacer un alto en el camino para almorzar, llegamos al Monasterio de
    Leyre, enclavado en el impresionante paisaje de la Sierra de Errando.
    Comenzamos la visita por la Plaza de los Ábsides para bajar, a continuación,
    a la cripta. La entrada de luz natural, confiere cierta ligereza a una
    estructura angosta dominada por la robustez y rusticidad de los elementos
    que componen el bosque de columnas desiguales y coronadas con grandes
    capiteles, algunos de los cuales llevan enormes cimacios. Dicha estructura
    sirve de apoyo a la cabecera de la iglesia construida sobre ella y que a
    continuación visitaríamos. Presidida por la imagen de Santa María de
    Leyre, sorprende por las estrechas y desiguales naves laterales, así como
    el tamaño, irregularidad y aparente rudeza de los sillares, muy en
    consonancia con el conjunto. Después pasamos al patio del Monasterio
    antiguo no sin antes admirar la imagen del legendario San Virila colocada al
    fondo del túnel existente a los pies de la cripta. De dicho Monasterio
    medieval se conserva el lienzo Norte, y en él la primitiva portada de un
    románico muy sencillo. Salimos a la plazoleta de la fachada principal de la
    iglesia donde contemplamos un hermoso pórtico del siglo XII, excelente
    muestra del arte que jalona el Camino de Santiago. Dejamos este Monasterio para visitar el Castillo Medieval de Javier, donde nació San Francisco Javier, patrono de Navarra. Se remonta al siglo XI y fue restaurado en profundidad a mediados del siglo XX. En una capilla del Castillo se venera una curiosa imagen de un Crucificado sonriente. 
 
 Monasterio de Suso 
 Al
    día siguiente nos desplazamos a San Millán de la Cogolla para visitar los
    Monasterios de Suso y Yuso. Haciendo honor al origen latino de sus nombres,
    el primitivo monasterio de Suso se encuentra a mayor altitud, enclavado en
    un privilegiado entorno natural. Una sencilla indicación de madera con el
    nombre de Gonzalo de Berceo recuerda que en este lugar nació la poesía en
    castellano. Debido a que actualmente se encuentra en fase de restauración,
    no pudimos acceder al interior de este edificio. En cambio, si pudimos
    visitar el Monasterio de Yuso, de posterior construcción, y donde se
    hallaron las Glosas Emilianenses, primer documento escrito de las lenguas
    castellana y euskera. Pudimos disfrutar de las explicaciones dadas por el guía
    acerca de su importante biblioteca, auténtico depósito 
    de libros antiguos e incunables, la sala capitular, la iglesia, donde
    sobresale el coro renacentista y su trascoro churrigueresco, etc. 
    Salimos con la grata sensación de haber visitado uno de los centros
    culturales más importantes de nuestro país a lo largo de
    los siglos. Siguiendo
    la ruta establecida nos desplazamos a Haro donde se encuentran las
    principales bodegas con denominación de origen Rioja. Tuvimos oportunidad
    de visitar una de ellas, concretamente “Viñas Olabarri”. Después de
    explicarnos el proceso de elaboración de este vino, y resolver cuantas
    dudas plantearon algunos de los asociados interesados en el tema, degustamos
    una copa de vino acompañada de una ricas tapas. Completamos la jornada en
    el municipio de Enciso, punto de partida de la llamada “Ruta de los
    Dinosaurios”. Como ocurriera en el yacimiento de Atapuerca, volvimos a
    realizar un abismal viaje a través del tiempo trasladándonos a las Eras
    Prehistóricas en que los dinosaurios poblaban la tierra. El
    día 19 abandonamos la comunidad riojana y partimos hacia la Sierra de
    Teruel. Nuestro destino: Albarracín, pequeño pueblo medieval de belleza
    extraordinaria. Rodeado por una muralla, el color rojizo de sus edificios,
    similar al de la piedra de la montaña donde se enclava, le camufla
    discretamente en el paisaje dando la sensación de estar esculpido en él.
    Entre el laberinto de calles estrechas y empinadas nos encontramos con la
    plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento, la catedral y varias casas
    nobles. El
    último día de excursión hicimos una parada en Cuenca. Esta singular
    ciudad se articula en dos zonas bien diferenciadas, la alta o antigua donde
    se encuentra la catedral, las pintorescas casas colgantes, el entramado de
    callejas, etc. y la zona baja o moderna producto de la expansión de la
    ciudad. Comenzamos la visita en la Hoz del Huécar donde los fenómenos kársticos
    han tallado curiosas formas en las rocas. Interesante el antiguo Convento de
    las Carmelitas, hoy sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y
    centro de exposiciones de Arte Abstracto. Éste estilo tiene tal arraigo en
    la ciudad que está presente incluso en las vidrieras de la Catedral,
    restauradas siguiendo el proceso artesano original pero con diseños
    contemporáneos. Después del almuerzo, emprendimos el regreso a Córdoba
    satisfechos de haber realizado un bonito e interesante viaje y con la
    esperanza de repetir la experiencia en los próximos años. 
 JORNADA CON LOS CORRESPONSALES EN
    SANTAELLA Tras
    el verano, la primera actividad organizada fue una visita a la localidad de
    Santaella, durante la cual se celebró la reunión anual con
    nuestros Corresponsales en la
    provincia. La
    jornada comenzó visitando la parroquia de Santa María de la Asunción,
    magnífico templo que ha sido denominado “la catedral de la Campiña”,
    en cuyo subsuelo se hayan vestigios de asentamientos humanos desde 800 años
    a.C. Su interior reúne una curiosa amalgama de estilos arquitectónicos
    resultado de sucesivas reedificaciones. Destacar una capilla con cubierta de
    artesonado mudéjar y otra de estilo gótico florido. El altar mayor y el
    crucero son renacentistas y en ellos trabajaron los Hernán Ruiz I, II y III, 
    siendo concluido por Juan de Ochoa debido a la larga duración de las
    obras. Las naves del templo, el cancel exterior y la torre pertenecen al
    barroco, así como la decoración de los altares y el órgano. Nos
    desplazamos hasta santuario de Nuestra Señora del Valle, Patrona de la
    localidad. De estilo barroco, destaca el altar mayor y el camerín de la
    Patrona, antigua imagen datada entre los siglos XIII y XIV, pero muy
    alterada en su aspecto primitivo por desafortunadas restauraciones. La
    última actividad cultural se desarrolló en el Museo Arqueológico,
    excelente tanto por la calidad de sus piezas como por su buen montaje
    expositivo y aprovechamiento. Sobresalen, entre otras piezas,
    “las leonas de Santaella”. En el salón de actos del museo tuvimos el
    encuentro anual con los Corresponsales de nuestra Asociación. En dicho acto
    se acordó, a propuesta  de D. Francisco Serrano Rico, que la próxima reunión anual
    se celebre en La Rambla con motivo del centenario del título de ciudad que
    recibió el municipio. Con
    un almuerzo servido en el restaurante de la piscina municipal finalizamos
    nuestra estancia en Santaella. 
 IMÁGENES
    DE LUZ. EL ARTE DE LA VIDRIERA Organizada por la vocalía de Arte, a primeros de noviembre tuvimos oportunidad de asistir en el Centro Cultural San Hipólito a la conferencia que el especialista D. Victor Nieto Alcaide, profesor de la U.N.E.D. de Madrid, impartió bajo el título “Imágenes de Luz. El arte de la vidriera”. La presentación corrió a cargo de D. Antonio Povedano, pintor creativo que ha realizado interesantes trabajos de vidrieras. 
 
 Detalle de la vidriera de Santa María Madre de la Iglesia, obra del artista cordobés Antonio Povedano 
 Su exposición nos acercó a la
    evolución de este arte injustamente valorado hasta el siglo XIX, cuando
    comenzó a ser estudiado como algo más que un simple elemento decorativo.
    La cuidada selección de diapositivas mostradas hizo comprender a los
    asistentes la importancia del efecto de la luz a través de las vidrieras en
    la creación de espacios interiores, así como la calidad artística que
    encierran por sí mismas. 
 VISITA
    DE NAVIDAD El día
    2 de diciembre nos desplazamos a Rute, pueblo situado en la comarca de la
    Subbética y famoso especialmente en estas fechas por la elaboración de anís
    y productos navideños. En
    primer lugar visitamos la ermita de Vera Cruz cuya cúpula sobre pechinas en
    el prebisterio decorada con frescos del s. XVI constituye uno de los
    conjuntos murales más importantes de la provincia. En la iglesia parroquial
    de Santa Catalina, construida en el s. XVIII, destacan una imagen de Ntro.
    Padre Jesús Nazareno de la escuela granadina, San Bartolomé y el retablo
    de Santa Lucia del taller de Alonso de Mena. Cerca se encuentra la Capilla
    de San Sebastián, formando parte de la residencia de ancianos. En ella
    sobresale un retablo del siglo XVIII rematado con una hornacina de San
    Sebastián. A
    continuación realizamos lo que podríamos denominar “ruta gastronómica”,
    de marcado carácter comercial, compuesta principalmente por 
    el Museo del Jamón y el Museo del Anís, en los que se reunía una
    curiosa muestra de utensilios antiguos. Tras
    el almuerzo, celebrado en la aldea de Palomares y en el que tuvimos ocasión
    de probar como postre los típicos “piononos”, visitamos el original
    Nacimiento de chocolate. 
 OCTAVA EDICION DE LOS PREMIOS
    “JUAN BERNIER” El
    día 24 de noviembre tuvo lugar la entrega de los Premios “Juan Bernier”
    que nuestra Asociación otorga cada año a aquellas personas o entidades que
    han destacado por su labor en pro de la cultura, concretamente en los ámbitos
    del arte,
    la arqueología
    y la
    historia. El
    acto se celebró en la Capilla del I.E.S. Luís de Góngora de nuestra
    ciudad, contando con la presencia de la Iltma. Sra. Delegada de Cultura,
    Dª Rafaela Valenzuela. Tras
    la lectura por el Secretario de la Asociación,
    D. Rafael Aguilar Gavilán del
    acta del jurado que decidió la concesión de los premios la vocal de
    Arqueología,
    Dª Laura
    Aparicio
    
    Sánchez, destacó los méritos de los tres
    galardonados. En
    la sección de Arte, el premio fue concedido a la
    
    Scola Gregoriana Cordubensis, por haber rescatado del olvido el canto llano,
    haciendo que nuestra ciudad pueda disfrutar de este legado cultural que
    embellecía en otros tiempos la sagrada liturgia; por la cuidada preparación
    de sus conciertos que permiten el acercamiento a este tipo de música de jóvenes
    que no habían tenido oportunidad de conocerla, y por su participación en
    jornadas de estudio sobre esta forma musical para mejorar su técnica. El
    premio de Arqueología
    se otorgó a D. Luís Alberto López Palomo, que con sus
    imnumerables estudios arqueológicos ha aportado un gran avance al
    conocimiento de la historia de Córdoba y su provincia, así como por el
    impulso que ha dado a la divulgación de nuestro pasado cultural desde el
    Gabinete Pedagógico
    de Bellas Artes de la Delegación de Cultura. El
    Accesit de Arqueología fue concedido a D. Antonio Criado de Dios por haber
    dedicado gran parte de su carrera como restaurador a la recuperación de
    material arqueológico, debiéndole el Museo Arqueológico, y en
    consecuencia nuestra ciudad, la posibilidad que tenemos de disfrutar de
    incontables piezas en él expuestas. No
    se hizo entrega del premio “Juan Bernier” de Historia por haberse
    declarado desierto por el jurado. A continuación socios, familiares y amigos de los galardonados celebraron una cena de homenaje en el Hotel Alfaros. 
 
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