ARTE, ARQUEOLOGÍA e HISTORIA

Córdoba y la Gloriosa.

Conferencia de D. Enrique Aguilar Gavilán (24 marzo 2010 )

Domingo 13 de marzo de 2011 por Cronista: Juan Gutiérrez García

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Córdoba y la Gloriosa

(24-03-2010)

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La Revolución no fue posible en una Córdoba ejemplo de ciudad aferrada al pasado.

Con docta palabra y verbo asequible el Profesor Enrique Aguilar Gavilán fue adentrándose en la “Córdoba y la Gloriosa” haciendo un retrato cabal del contexto histórico en que se consumó la victoria y desastre de la Gloriosa en nuestra ciudad.

Con la Septembrina, aparentemente, quedaron atrás las luchas entre liberales y absolutistas, pues los nuevos aires trajeron una Revolución liberal con nuevos modelos políticos. Mas, ¡ay¡ no hubo cambios en el soporte económico, Córdoba parecía vivir en el sopor y el atraso de las dos centurias pasadas, sus fuerzas vivas no se habían modernizado. La Revolución no fue posible.

Córdoba estaba estancada demográficamente: 41.790 habitantes en 1860 que ascienden a 49.555 en 1877, pero el crecimiento es negativo. El incremento poblacional es debido a la inmigración.

El urbanismo es capaz de impresionar por el “aspecto africano” de su casco histórico, aunque, evidentemente, se vaya abriendo paso el urbanismo burgués traído por los espacios obtenidos de las Desamortizaciones, la llegada del ferrocarril, construcción de nuevas plazas, ampliaciones viarias ... que van dando un nuevo aspecto a la ciudad de la fiebre destructiva para dar trabajo a sus jornaleros. Entre 1852 y 1905 fue demolido su recinto amurallado.

Mortecino es el peso económico de Córdoba con un 41 % de agricultores, 479 funcionarios, 7.747 jornaleros, 667 obreros de la industria, 4.663 artesanos y 3.255 personas en el servicio doméstico.

Estructuras económicas arcaicas y clima de penuria material que dan lugar a explosiones sociales como la ocurrida el 25 de 1877.

Por eso, la Gloriosa es la esperanza que paliará la necesidad de las clases más desfavorecidas y la decepción al ver que no soluciona los problemas de la Córdoba del Sexenio, como se denuncia en el Congreso del anarquismo celebrado en el Teatro Cómico Principal, diciembre – enero de 1872 – 73.

El deterioro general del país impulsa la conspiración contra Isabel II, que termina en el exilio. Córdoba no es ajena a este movimiento como lo prueba su Junta Revolucionaria con Ángel de Torres al frente funcionado en 1867. Los liberales y unionistas ( Conde Hornachuelos, Barroso y Lora,..) se deciden a participar en la dirección de la conspiración. Por ello, tres días antes del “¡Viva España con honra” 1 que “(significa la) obediencia al Gobierno que reside en Madrid”, Chacón se hace con el mando militar y la Junta Revolucionaria (Hornachuelos, Gorrindo, de Torres, Leiva,...) con el político destituyendo, como es norma, a todas las autoridades que le precedieron.

No obstante, el tono de las voces Gloriosas es moderado2: ningún ciudadano honrado debe permitir que se cometan desmanes contra la propiedad, contra los intereses del Estado o de los particulares, comprometiendo así el éxito del movimiento en desdoro de la civilización y la cultura”

Y la incertidumbre y el confucionismo es manifiesto. En consecuencia, ante el amago de que los isabelinos pueden llegar a Córdoba, las autoridades huyen y la Junta Revolucionaria se reconvierte en Junta de Paz.

Alejado el peligro, los Chacón, Hornachuelos, Caballero de Rodas, (...) vuelven, ahora a los sones del liberal himno de Riego.

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A río revuelto..., parecen decirse algunos pescadores de los que abundan en todos los conflictos. Córdoba también tiene el suyo. Un tal Pacheco se acoge a la Gloriosa, pensando, tal vez, que indultaría sus fechorías. No fue así, murió abatido a tiros en la plaza de la Trinidad.

Lo importante, no obstante, no son estos incidentes incívicos, sino las relaciones entre las fuerzas de la insurrección y el Gobierno de Madrid, que se enfrentan en la 2ª Batalla de Alcolea, 28 de septiembre de 1868, donde Serrano, duque de la Torre, vence a Pavía Lacy, marqués de Novaliches con el consabido resultado:

a) El militar pundonoroso, / en defensa de una causa / batiéndose en Alcolea, / perdió el hombre una quijada. / Hoy, por una de esas cosas/ que acontecen en España, / se encuentra muy satisfecho / con vivir quieto en su casa”

b) “Que no venga (la reina a Madrid).Ya no hay remedio”. Los isabelinos han sido derrotados, la reina se ve obligada a salir de España.

c) Los 400 heridos de la última guerra romántica son atendidos en Córdoba sin hacer distinciones de a qué bando pertenecían. Todos eran hijos del pueblo.

d) Tras la euforia por el triunfo de la Revolución, todo volvió a ser casi como antes: los militares se marchan, 2 de octubre de 1868; vuelve la inestabilidad institucional, continúan los desacuerdos ideológicos, los carlistas se dejan ver (...), aunque es ostensible el auge del republicanismo federal que se identifica con el advenimiento de la libertad y el progreso.

Aunque el 12 de junio se firma un Pacto institucional por la República Federal Española, Córdoba vive momentos de tensión provocados por el enfrentamiento entre Leiva (el poder por la Revolución) y Ángel de Torres (el poder por el pacto y el consenso); la represión consecuente a las insurrecciones federalistas (estado de sitio, purga en el republicanismo, disolución del Ayuntamiento,...); la conflictividad social, 1867 – 1868, producto de una economía de subsistencia, el desorden cívico de la delincuencia organizada; (...).

Es preciso, pues, dar trabajo a 1.400 jornaleros, aunque sea demoliendo las murallas de Córdoba, como así se hizo dejando en pie solamente la Puerta Nueva y la del Puente; pidiendo a los terratenientes que acogieran a trabajadores en sus campos, aunque fuera con el mísero jornal de 5 reales diarios; (...). Sabemos que el Sr. Gorrindo dio trabajo a 40 jornaleros para obras en el Círculo de la Amistad.

Los republicanos están en el poder, pero el Ayuntamiento cordobés no es capaz de dar solución a las demandas de la población, pese a que fomenta las obras públicas, asigna trabajadores a los dueños de los medios de producción, intenta una ley de términos, (...). En consecuencia, conflictividad social con conatos de violencia que requieren la mano dura del poder político provincial: el Sr. Julián Zugasti (marzo 1870 – enero 1871) que creó partidas de Seguridad Pública, 100 hombres, abolió las licencias de armas, prohibió el uso de armas blancas; metió a 107 delincuentes en la cárcel; difundió la identidad de los ladrones; creo somatenes; aplicó la Ley de fugas con una cierta lenidad; neutralizó el estado de guerra social y el nacimiento de la protomafia en Andalucía (...).

Claro que todo no van a ser desencuentros y problemas. También hay hechos amables en la Córdoba que nos ocupa:

El 13 de abril de 1873, 2.100 cordobeses asisten a la apertura del Gran Teatro de Córdoba. Obra del arquitecto Amadeo Rodríguez e iniciativa de Pedro López Morales.

El decreto de 21 de octubre de 1868 autoriza la creación de Centros de Enseñanza. Acogiéndose a él, la Diputación de Córdoba acepta complacida el proyecto que le presenta Rafael M.ª Gorrindo, 15 de octubre de 1870, y aprueba la creación de la 1ª Universidad Libre de Córdoba con dos facultades: Medicina (Hospital de Agudos) y Derecho, “sostenida con fondos de esta Corporación (Diputación)

En efecto, la Entidad provincial aporta 25.000 Ptas. para funcionamiento y 7.500 Ptas. para gratificación del profesorado (Manuel Luna, Barroso, A. de Torres, (...), quienes, no obstante, se ofrecen a dar gratuitamente sus clases.

El nuevo marco de libertades había traído una Universidad que, sin embargo, no pudo superar las condiciones que le imponía el decreto de 27 de julio de 1874 y, en consecuencia, es clausurada el 28 de septiembre de 1874.

Hechos dignos de encomio que no anulan el hartazgo ciudadano ante la difícil coyuntura política; Córdoba, pues, también responde positivamente a la acción de Martínez Campos – lo nombró hijo predilecto de la ciudad – de modo que el Sexenio no fue más que un paréntesis en la continuidad de la España de siempre.

1 Manifiesto publicado en Cádiz del 19 de septiembre de 1.868, 10 días antes de la batalla de Alcolea..

2 BOP nº 75. Jueves 24 de Septiembre de 1.868


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